Morgue Clandestina

jueves, 22 de abril de 2010

Fonógrafo





































Después de cenar, acompañé al Doctor Seward a su despacho. Había recogido su fonógrafo, y yo bajé mi máquina de escribir. Me instaló cómodamente en una butaca, dispuso el aparato ante mí, de modo que pudiese pararlo y ponerlo en marcha sin levantarme, y me explicó cómo funcionaba. Queriendo que me sientiese a gusto, se sentó a su vez de espaldas a mí, y cogió un libro. Puse el fonógrafo en marcha.
Cuando hube escuchado la terrible historia de la muerte de Lucy y de cuanto ocurrió a continuación, me dejé caer al fondo de la butaca, sintiendo que me abandonaban las fuerzas. Por suerte no suelo desmayarme a menudo. Sin embargo, el doctor Seward se apresuró abuscar una botella de coñac, dándome varios sorbos, lo cual sirvió para que me recobrara prontamente.


...



Verdaderamente, tiene muchas atenciones conmigo; la Tierra parece poblada por hombres muy generosos, a pesar de que existan, sin duda alguna, bastantes monstruosos.









Diario de Mina Harker





DRÁCULA





Bram Stoker

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