Al día sigiente nadie recordó nada. El hecho, por absolutamente contrario a las normas de la memoria humana, causó en las mentes una perturbación enorme, efecto a todas luces justificado, basta pensar que no existe noticia en los incontables volúmenes de la historia universal, ni siquiera un caso para muestra, de que alguna vez haya ocurrido un fenómeno semejante, que pasara un día completo, con todas sus gregorianas veinticuatro horas, contadas entre diurnas y nocturnas, matutinas y vespertinas, en el cual se produjera una ausencia de recuerdos sin enfermedad, Lagunas, Amnesia, Alzheimer, nada de nada, como la palabra nada. Ni siquiera una de esas ocasiones tan frecuentes de motivos festivos, cuando el iluso pretexto o el exceso de alcohol se desafía con las neuronas para decidir quién va a llegar al olvido en primer lugar. El inicio de año no había dejado tras de sí el compulsivo reguero de recuerdos, como si la hermosa Mnemósine de enfado vengativo hubiese decidido secar su fuente por un día y Lete hubiese inundado aquella ciudad. Miedo, sin embargo, hubo, y no poco. Desorientados, confusos, horrorizados, conteniendo a apretadas penas la diarrea, los historiadores extraían del muégano de trizas mutilados documentos, fotografías, grabaciones que, de acuerdo con la ciencia social, deberían estar preservados y dispuestos para consulta, pero que, pese a la inútil intención
de reconstruirlos, se mantenían fragmentados y así eran transportados a los archivos, bajo un silencio densamente enloquecedor. Ninguna de las personas lograba recordar algo y todos iban a desafiar a la ciencia médica más avanzada, Este penoso vegetal no tiene esperanza, no merece perder mi tiempo insistiendo, le decía el hipnotista a psiquiatras y neourólogos mientras éstos anotaban todo en su bitácora. Y lo que sucedía aquí sucedía en todo el país. Ya estamos en el día siguiente, y en él, como se informó al empezar esta historia, nadie iba a recordar...
de reconstruirlos, se mantenían fragmentados y así eran transportados a los archivos, bajo un silencio densamente enloquecedor. Ninguna de las personas lograba recordar algo y todos iban a desafiar a la ciencia médica más avanzada, Este penoso vegetal no tiene esperanza, no merece perder mi tiempo insistiendo, le decía el hipnotista a psiquiatras y neourólogos mientras éstos anotaban todo en su bitácora. Y lo que sucedía aquí sucedía en todo el país. Ya estamos en el día siguiente, y en él, como se informó al empezar esta historia, nadie iba a recordar...Saramago-Morgue Clandestina
http://www.morgueclandestina.deviantart.com/
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