Morgue Clandestina

lunes, 18 de octubre de 2010

Las segundas partes nunca fueron mejores, pero la tercera es la vencida

Si yo fuera antropóloga, este sería mi diario de campo. Habría venido a estudiar a la comunidad de estudiantes de El COLEF y escribiría una amplia etnografía sobre sus costumbres: "Antropología de la Maestría en Estudios Culturales: la otra experiencia". Diría que al principio me dió miedo integrarme a la comunidad, sólo pensar en el hecho de compartir un departamento entre varios, convivir, con lo antisocial que soy, con lo intolerante y luego poner cara sonriente para no ser desagradable y si me fastidiaba aislarme por el resto de mis días en mi cuarto porque no podía quejarme o correr a algún lado como en mi casa, o sentir que no podía moverme amis anchas o soportar las reuniones y fiestecitas de los otros porque tenían el mismo derecho que yo y que yo no quisiera aprvecharlo era mi problema. No. Qué sacrificio. Y con lo placentero que debía resultar hacer una maestría, pues jajajajajajajaja porque todo me fue restregado en la cara por no hacer a un lado los prejuicios, y de cualquier forma no pudo haber sido diferente. Debo reconocer que la persona que me ayudó a llegar hasta aquí con todas las comodidades del mundo cumplió su función, pero se acabó el ciclo. Luego pues de un par de meses, heme aquí, en medio de la nada, ni aquí ni allá. Y, sin embargo, continúo aceptando los cambios en mi vida, acepto la experiencia porque no me queda otra. Bueno sí, escribir a detalle. Los lunes son sencillamente gloriosos, me saben a ENAH en toda la expresión de las siglas, pues nuestro profesor es el Dr. Olmos, un antropólogo de la ENAH que me hace la vida simplemente sublime. Es el primero que nos permitió desarrollar nuestras porpias ideas por escrito, no quería que nos apegáramos al autor del texto que teníamos encomendado leer, sino que aportáramos nuestras opiniones. Es un ejemplar digno de enaltecer porque lo que es la profesora del martes, la Dra. Odgers, bueno, simplemente me ha conflictuado, mi cerebro no funciona con esquemas, no e snada personal, sólo es cuestión de síntesis. Lo más que obtuve en mis reportes de lectura obligatorios de cada sesión fue 8 y atascado de comentarios sobre lo ambiguo y la impertinencia de mis ejemplos. Es que nadie le dijo que no todos somos como ella, afortunadamente, que no todos pensamos en sulógica y que además no nos interesa. el primer 7 me conflictuó profundamente, pero mi autoestima lo justificó de inmediato: tú no concibes como ella, no te gustan los esquemas, no es tu culpa, es tu propia forma de aprender y no coincide con lo que ella impone y menos si lo impone. Nunca obtuve más de 8 y me alegra, entre más lejos de su estructura de pensamiento esté, mejor. Cuando luché contra mí misma para obtener un 9 me fui hacia abajo en las otras materias que no me imponían apegarme al autor sino desarrollar mi sistema reflexivo. Afortunadamente el rito cesó al poco tiempo y esperamos a la otra Dra. que daría la segunda parte del curso de teoría sobre Identidades y Patrimonio, Ana Lilia Nieto, una historiadora, novata, muy inteligente pero muy insegura, me dió esa impresión. Los miércoles son muy gratos: Introducción a los Estudios Culturales con la Dra. Marlene Solís y Teoría sobre Estpacio y Fronteras con el Dr. Camilo Contreras, casi siempre por videoconferencia desde la sede del COLEF Monterrey, mucho trabajo, es el día más pesado porque debemos entregar 3 controles de lectura y a veces los textos son en inglés, pero así es El COLEF. Luego, los jueves repetimos Identidades y Patrimonio, más relajado desde la llegada de Ana Lilia. Y el viernes, que no significa el fin de semana ni el viernes social, porque casi todos los sábados debemos ir a reponer alguna sesión de la semana o incluso ir a trabajo de campo improvisado. Entonces los viernes teníamos unas sesiones maravillosas con la Dra. Olivia Ruiz sobre Epistemología en el mejor auditorio del colegio, pero ya terminaron las sesiones de base, ahora en nuestra aula nos imparte Métodos de Investigación I el Dr. Luis Escala, coordinador de nuestra maestría. Todo cambió desde el viernes pasado. Si de por sí no teníamos espacio para el ocio pues ahora menos, todo el curso incluye textos en inglés y son tan extensos como la migraña que tengo últimamente. Parecida a las tres primeras semanas de bienvenida, donde nos dieron un curso propedéutico saturado de matemáticas al borde del vómito. Yo, en lo personal, nunca entendí la función de semejante blasfemia: matemáticas intensivas para qué, es más aún no entiendo para qué Métodos de investigación, si todo se aprende en la práctica. No hay un modelo establecido para los estudios cualitativos, sé que no servirá mucho, y en especial para los compañeros que no se titularon con tesis, será aún peor su pérdida de tiempo, pero así es este sistema y uno sólo puede ser amable con el rito de paso o mejor dicho: flojito y cooperando, dolerá menos. Por el momento sólo puedo compartirles que es un fenómeno my interesante esto de la comunidad migrante esudiantil, observar cómo cambiamos de función en cada espacio: somos unos en clase, en casa, en la calle, en el autoservicio, en el transporte. Para mí lo más raro es vivir con dos compañeros que se la pasan recluidos en sus habitaciones y chatear con ellos de cuarto a cuarto, no socializamos en el comedor, sólo excepcionalmente; o verlos en el COLEF y sentir que son otros, en clase marcamos distancia, yo en especial apra no fastidial al compañero, luego salir del colegio y sentir que son otros, irnos a casa y ver cómo nos convertimos en alguien diferente. Encontrar a otros en la lavandería los fines de semana y percibir lo diferentes que somos en la vida común, sin mencionar que todos nos reinventamos aquí, ninguno anda en las fachas que andaba en su casa cuando lavaba o iba al mercado. Parecen múltiples dimensiones en una misma persona: yo, mi roomie, el otro, el de otra maestría o el que atiende la cafetería. Curiosamente a la hora que yo visito la playa, algún día que puedo escaparme a caminar, no veo a nadie del Colegio, creo que soy la única vagabunda nocturna...

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