Morgue Clandestina

lunes, 3 de enero de 2011

Negociando con el poder


03.01.11



Todavía unas horas antes de tomar el vuelo a la Ciudad de México Eme recorrió la Vía Rápida Poniente, desde Playas hasta Otay y de regreso. Pudo ver, mientras conducía sobre la garita de San Isidro y la orilla del muro, cómo seguían atravesando migrantes, en plena mañana del 25 de diciembre, cómo el frío y la neblina los cobijaban y les dibujaban navidades diferentes de las nuestras, de las de otros. Los pálidos rayos del sol apenas comenzaban a iluminar la frontera. Eme seguía pensando en aquél día en que dieron, sin querer (o por instinto), con la línea fronteriza. La frontera ética, la frontera entre el discurso y la realidad. Ese día no se ha ido ni se irá.



No pudo detenerse. Siguió negociando consigo misma, con su labor en esa sociedad para calmar su frustración y endenter su trabajo.



Al llegar a la ciudad Eme se dio cuenta de que observaba puentes y túneles. Tuvo una regresión: desde niña dibujaba raíces profundas en los árboles y ramas exageradas, árboles con troncos enormes, como el tule. Abundantes ramas, la mayoría secas o con algo ajeno a las hojas, podían ser nombres, palabras, estrellas, mariposas o cualquier otra cosa no ordinaria para un árbol o para lo que otros encuentran en un árbol. Como veía las ramas, veía las raíces. No podían existir las ramas sin las raíces. Entre más profundas y complejas fueran las raíces, más eran las ramas y el tronco se expandia aún más. Así entendía la historia.



Después de un primer periodo de sometimiento ininterrumpido buscó y caminó por largos puentes y profundos túneles, debajo y sobre la tierra que visitaba.


Fotografió, documentó lo que su ser percibía tras cuatro meses intensivos inmersos en una institución educativa. Túneles, puentes y algunas fosas. La infraestructura de comunicaciones y transportes de toda la ciudad: subterránea, terrestre, aérea e invisible le habla de un Mundo.



Entendió la realidad de forma diferente. Poco a poco se apropió del pensamiento levistraussiano y foucaultiano. Quería entender el poder y el discurso.



Fué a Tijuana en busca de lo que se ocultaba tras el discurso del poder y lo encontró al primer paso que dió. Desde lo que no vió en ese portal de internet del colegio, desde que olvidó que leía una fuente oficial y que se enfrentaba a lo que no se dice, desde que su sentido de historiadora olvidó que los discursos guardan mitos y creencias y que ahí se llamaban ciencia.



Encontró algo más que el discurso del poder en la Música: el de la institución.



Su experiencia personal queda plasmada en su trabajo. Lo que ve y lo que no ve está ahí. Lo que intuye y lo que no alcanza a explicar, también. Empieza a entender cómo funciona ese juego social de discursos y poder. Solamente puedo decir -en su defensa- que existía una historia en la cual creía, pero que, en cambio, encontró otra que es real, que halló en el fondo y que ahora Eme mantiene un pie en el interior y otro en el exterior de la institución. Que es la única dimensión que ha encontrado para sobrevivir. Con una mano en el fondo del océano y otra estirada hasta la superficie. Con la mitad de su cuerpo flotando y la mitad hundida. Con un pie clavado en el corazón del desierto y otro en las espinas de los cactus. Eme viaja de los puentes y túneles subterráneos a los más elevados.



La etnopsiquiatría la llevó a entender las sociedades locas y las politólogas le enseñaron un nuevo concepto sobre lo “político”. Pasó de la concepción de “hipócrita” a la de “negociador”.



Como experiencia, vivió un efecto de lo que un discurso de una historiadora puede provocar en una institución. Comprendió al discurso y a la institución como parte de y no ajena a la misma realidad.

También aprendió de los resultados de la creación de mártires en los discursos, tanto en la institución como en el mártir, e inclusive en el héroe. El experimento resultó, después de todo, exitoso. Fue un hallazgo para Eme. Para la Memoria: enseñanza. El poder de las palabras y de las palabras escritas es incalculable. Esa responsabilidad la ha transformado.




A esas Emes



MC



No hay comentarios:

Powered By Blogger