Cuando me dí cuenda ya habíamos escalado hasta la cima de la montaña tomados de la mano. Y de pronto, mientras mirábamos el viento mover las nubes de sueños en el abismo, me arrojaste hacia el fondo
No pude ver nada, solamente a ti de pie en la cima, mientras yo continuaba cayendo. Sólo sentí atravesar esa masa espesa de proyecciones al futuro hasta llegar al pasado. De nuevo, sentí por fin tocar el suelo y sobre éste saborear la tierra
Me sacudí el polvo y una que otra hebra de sueño que quedó enredado a mi cuerpo durante la caída, qué golpe, qué sabor a tierra